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viernes, 4 de noviembre de 2011

¿Como dejar de fumar?

¿Cómo nos engancha el tabaco?

Muchísimas personas que han conseguido dejar de fumar de forma voluntaria, dicen, que aunque hayan pasado muchos años desde que lo dejaron, tienen deseos de fumar, pero no lo hacen porque saben que con un solo cigarrillo o una simple calada, volverán a tener la necesidad de fumar de nuevo y caerán en aquello que tanto tiempo les costó dejar.

El cigarrillo está muy bien hecho a nivel químico, sería perfecto si no fuese tan dañino para la salud. Además de la nicotina, el tabaco tiene más de cuatro mil sustancias químicas activas que hacen que su efecto se potencie, algunas, por ejemplo, hacen que perdure más el efecto de la nicotina en la sangre, que los bronquios se habrán mejor y se pueda inhalar más, otras hacen que llegue antes al cerebro y se vuelva más y más adictivo. Algunas personas reconocen que no les gusta su sabor pero continúan fumando y cada vez más y más.

La nicotina estimula los receptores de dopamina y acetilcolina en nuestro cerebro. La dopamina es un neurotransmisor que nos activa mientras que la acetilcolina nos relaja. Normalmente ambas sustancias están en equilibrio pero con el tabaco se estimulan de forma química lo que produce un efecto de mayor concentración mental, activación y motivación para realizar actividades o animarse y al mismo tiempo nos calma y relaja. Por esa razón, el síndrome de abstinencia produce irritabilidad, nerviosismo por la dopamina y cansancio y depresión por la acetilcolina.

A esto se le añadiría que el fumar da bastante placer después del desayuno o el almuerzo, en reuniones o fiestas y sobre todo en eventos donde también se añade el alcohol de esta manera quedan grabadas en nuestro cerebro y se asocia al bienestar y la diversión.

Estas experiencias ponen en marcha en nuestro cerebro las señales de satisfacción, de premio, o como se conocen en psicología “refuerzos positivos”, y las conductas que preceden a estos premios o refuerzos, se tienden a perpetuar, en este caso el hábito de fumar.

Esta combinación de factores, hace que dejar de fumar se convierta en una misión casi imposible para muchas personas. Por suerte hay cada vez más métodos para ayudarnos a dejar este hábito.

En los casos más complicados el tratamiento pasaría por eliminar la asociación de la conducta de fumar con las asociaciones que producen en el cerebro.


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